Revista Científica de UCES
Vol. 27, N°2 (Julio - Diciembre 2022)
ISSN Electrónico: 2591-5266
pp. (1-9)
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En este sentido, Escardó (2015) establece que ciertas condiciones laborales como las señaladas
anteriormente son propias del sistema neoliberal, siendo tan marcada la relación existente entre
malestar laboral y trabajo institucional, que no existe hasta el día de hoy registro de incidencia
de enfermedades que tienen como causa el estrés en la práctica privada.
Por ende, resulta interesante comprender que trabajar dentro de instituciones conlleva una serie
de desafíos, como puede ser la aceptación de que la identidad laboral, la cual dependerá de lo
que la institución designe como representación social de la labor, ya que, todo lo que los/as
trabajadores/as piensen en función de la institución tiene que ver con lo que esta les ofrece. Por
lo cual, debemos pensar que la institución es un sistema de vinculación de la cual sus
operadores son parte y a la vez la misma logra crear representaciones de la identidad laboral
de cada uno/a (Fridman, 2019).
De esta manera, llevar a cabo la práctica profesional dentro de una institución con las
características mencionadas anteriormente, podría contribuir al desarrollo de un malestar por
parte de quienes abordan los casos de violencias. Entendiendo que contar con buenas
condiciones laborales constituye un eje central para potenciar y enriquecer la labor.
B. Conflictos dentro de los equipos.
El trabajo con personas víctimas de violencias, en el contexto mencionado, no suele llevarse a
cabo bajo una modalidad individual, sino en la interlocución de diversas disciplinas,
conformando un equipo interdisciplinario constituido por profesionales de los diversos ámbitos
que se implican en el fenómeno de la violencia -psicológico, social, legal, entre otros-, ya que
ésta es una problemática que debe ser pensada y trabajada desde sus múltiples causas y
variables.
En este sentido, trabajar en equipo significa ser inteligente en plural, es decir, cooperar
estableciendo acuerdos entre colegas, construyendo reglas de trabajo y también tomando
riesgos a través de hacer visible y someter a discusión aquello que es propio, pero que impacta
en la labor profesional (Dejours, 2000). Asimismo, para Asensio, Nadalich, Rodriguez y Stival
(2019) el enfoque interdisciplinario “refleja la convergencia de distintos saberes sobre un tema
a tratar, implica la integración de conocimientos” (p. 9) sin negar ni anular la disciplina, al
contrario, funciona en paralelo y necesita de su propio desarrollo para incrementar saberes y
prácticas (Gavilán, 2015).