Con muestras importantes de radiografías se ha podido detectar la prevalencia de dientes
incluidos, asimetrías mandibulares, anomalías dentales tanto de número (Fardi, Kondylidou-
Sidira, Bachour, & Parisis, 2011) como de forma (Shokri, Poorolajal, Khajeh, & Faramarzi,
2014), variaciones anatómicas, quistes y tumores de los maxilares, y alteraciones de crecimiento
y desarrollo. (Bernaerts, Vanhoenacker, Hintjens, Chapelle, Salgado, & De Foer, 2006) Su
utilidad en la identificación post mortem y determinación de la edad de un individuo así como
patologías sistémicas que se asocian con hallazgos en las estructuras anatómicas maxilofaciales,
como ateromas carotídeos, (Mupparapu, 2007; Ngamsom, Arayasantiparb, & Pornprasertsuk-
Damrongsri, 2015) calcificaciones pulpares asociadas a eventos cardiovasculares (Khojastepour,
Bronoosh, & Khosropanah, 2013) y cambios en el índice mandibular en pacientes con
osteoporosis (Savic Pavicin, Dumancic, Jukic, & Badel, 2014) son algunos de los ejemplos de la
utilidad de la radiografía panorámica (Sánchez & Cidaro, 2018).
Frente a la compleja anatomía de la cara, superposición de imágenes de varias estructuras
anatómicas y cambios en la orientación de la proyección, se plantean dificultades a la hora de
reconocer en estas radiografías las estructuras anatómicas normales. Es por esto que el
odontólogo debe estar entrenado y tener una metodología sistemática para interpretar estas
radiografías, y no pasar por alto ninguna estructura. Se sugiere evaluar rama y cuerpo
mandibular; maxilar superior; malar; tejidos blandos; superposiciones y dentición (White &
Pharoah, 2001).
La aplicación de la tecnología informática a la radiología permitió la adquisición,
manipulación, almacenamiento, recuperación y transmisión de la imagen en formato digital a
lugares remotos, permitiendo la comunicación entre los profesionales de la salud. Las técnicas
digitales producen una imagen dinámica, en la cual se puede manipular sus características
visuales de densidad y contraste para fines diagnósticos específicos o para corregir errores en las
técnicas de exposición. La posibilidad de modificación post captación permite al clínico obtener
mayor información de las imágenes y disminuir el número de imágenes que hay que repetir por
sobre o subexposición y supone una reducción del 50 a 95% en la exposición debido a la mayor
sensibilidad del receptor digital (White & Pharoah, 2001; McDavid, Welander, & Brent Dove,
1995; Fuentes & Arias, 2021).