Mi tercer ojo

Reseña del arte contemporáneo

My third eye

Contemporary art review



Lic. Juan Manuel Hernández

Universidad de Buenos Aires

Buenos Aires, Argentina

juanmanuel.hernandez@fadu.uba.ar


Recibido: 10/09/2022

Aceptado:04/02/2023

ARK



Resumen

Esta reseña sobre la muestra fotográfica Mi tercer ojo relaciona el trabajo realizado por Aldo Sessa con el arte contemporáneo, demostrando que el artista –que tiene más de 80 años– ha podido adaptarse perfectamente a un mundo cambiante y a la tecnología y que, en definitiva, ha transformado la forma de mostrar su arte por el paradigma de arte actual.

Palabras clave

Cámara, Aldo Sessa, fotografía, celular, contemporáneo

Abstract

This review of the photographic exhibition My Third Eye relates the work done by Aldo Sessa to contemporary art, demonstrating that the artist, who is over 80 years old, has been able to adapt perfectly to a changing world and technology and he has transformed the way of showing his art by the current art paradigm.

Keywords

Camera, Aldo Sessa, photography, cell phone, contemporary

Introducción

Aldo Sessa nació en la ciudad de Buenos Aires el 24 de octubre de 1939. Es un fotógrafo y dibujante que nació rodeado de fotografía, ya que su abuelo fundó en 1928 los "Laboratorios Cinematográficos Alex". Sus estudios en dibujo y pintura comenzaron a los 10 años de edad en el taller De Ridder. Se especializó en diseño gráfico, cinematografía y fotografía. De muy joven participó en el diario La Nación, realizó serigrafías de sus pinturas ilustrando a Jorge Luis Borges y a Ray Bradbury. A lo largo de su carrera fotografió a presidentes, políticos y personalidades del espectáculo. Tiene la mención de Honor Domingo Faustino Sarmiento otorgada por el Senado de la Nación (2005) y el título de Ciudadano ilustre de la Ciudad de Buenos Aires otorgado por la Legislatura porteña (2007). Sus obras son parte de colecciones privadas, de museos argentinos y del exterior.

El Tercer ojo

El catálogo de la muestra Mi tercer ojo (Sessa. 2020) abre con una carta del propio artista que en los primeros cinco renglones devela el misterio: lo expuesto son fotos tomadas desde su punto de vista con su celular en los últimos cinco años. De todas las obras realizadas por Aldo llaman poderosamente la atención estas fotografías por dos cuestiones muy bien definidas: la primera es que están sacadas con la cámara de un celular, aunque no lo parezca, y la segunda es que la persona que maneja esa cámara nació hace ocho décadas, demostrando que puede adaptarse a los tiempos que corren sin inconvenientes.

Según la periodización de Bourriaud se puede considerar que estas obras estarían ubicadas en la altermodernidad contemporánea, que según sus propias palabras “nació en el caos cultural producido por la globalización y la mercantilización del mundo…” (Bourriaud, 2009, p. 67). Esta definición es adecuada para la serie de fotografías de Sessa, ya que según el auto ésta nace en un cambio de paradigma de la fotografía. En la misma carta de apertura del catálogo arriba mencionada, Sessa señala que la posibilidad de fotografiar está “en los bolsillos y en las manos de millones de seres” (Sessa, A. 2019), dejando en claro su forma de producir el corpus de la presentación.

Según explica Danto, arte contemporáneo puede usar el arte de períodos anteriores, o sea que no se pelea con el pasado, ni está en su contra, ni considera que haya que liberarse de él. El artista contemporáneo piensa a los museos como lugares con opciones vivas a las cuales acudir, aunque lo único que no puede tomar de ese pretérito es el espíritu con el que se creó eso que está ahí.

Las imágenes que toma Sessa, se relacionan con su pasado. Se nota que son el fruto de una condición de producción que nace de la pintura y de la fotografía analógica de su juventud, de sus exposiciones y creaciones, en donde se muestra el uso de la luz, la sombra y el color como un sello particular. De forma creativa, Sessa jerarquiza la cámara de los teléfonos, poniéndola en el mismo nivel que las profesionales y obteniendo resultados sorprendentes, de gran tamaño y definición, que dejan ver las posibilidades técnicas de esta empresa.

La curadora de la exposición, Patricia Pacino, se pregunta si sacar fotos con un celular es suficiente para desmitificar la tarea del fotógrafo. A través de lo que muestra, es el propio Sessa quien considera que cualquiera puede sacar fotos, no importa si artísticas o banales, y es gracias a esto que se le abre un mundo inimaginable que él mismo reconoce que hace unos años era imposible.

Aldo Sessa juega y lo hace de una manera única con la imagen, la ironía, el humor y principalmente con la frescura de haber descubierto un “chiche” nuevo. No importa si es un cielo, una sombrilla, agua o un vidrio, las fotos de la exposición están literalmente enmarcadas en un celular, como un cuento enmarcador en uno enmarcado, que invita al “narratario”, casi obligadamente, a sacar su Smartphone y tomar instantáneas de todo lo que ve y a “jugar en su vereda” (la de Aldo Sessa). Lo lúdico aparece varias veces en los textos de obra elegidos.

La espontaneidad de la actitud de callejear con un celular, pone al autor en una posición de semionauta, en otras palabras, podríamos definir lo que hace a este artista visual como a un “…creador de recorridos dentro de un paisaje de signos” que “…pone las formas en movimiento, inventa a través de ellas y con ellas trayectos por los que se elabora como sujeto al mismo tiempo que constituye su corpus de obras” (Bourriaud, 2009, p.59).

El semionauta no es solo un migrante o viajero que va produciendo raíces en los diferentes lugares por los que pasa, sino un flâneur de la interrogación política de una ciudad, de lo urbano. Tal es así que desarrolla temas específicos y recursos estilísticos que van desde los reflejos hasta la distorsión de, al menos, una parte de la imagen, cambiando nuestra forma de ver las cosas. Cada paisaje, cada elección de color (o no), cada textura o sombra nos llevan a revivir situaciones de la vida cotidiana desde una nueva óptica, que va de lo irónico a lo surrealista, pasando por lo abstracto.

Un capítulo aparte merecen las selfies, destacadas por la curadora, al definirlas como autorretratos, que por un lado son una herramienta fotográfica pero por otro, un medio de expresión del propio artista.

Caminando con la contemporaneidad

En Caminar con el diablo, Gerardo Mosquera nos habla de nuevas energías artísticas y nuevas actividades que se realizan localmente y que son el “resultado de reacciones personales y subjetivas de los artistas frente a sus contextos o de su intención de causar impacto…” (Mosquera, 2011, p. 150). Esto nos reenvía a pensar cómo un artista de 80 años renueva un medio, se apropia de algo que luego reinterpreta para mostrarlo desde su propia persona y desde su propio lugar hacia un espacio global. Claramente esta obra no es nacionalista, ni está unida a lenguajes tradicionales, sino que “más que nombrar, describir, analizar, expresar o construir contextos, es hecha desde sus contextos -personales, históricos, culturales y sociales-en términos internacionales” (Mosquera, 2011, p.201).

Este trabajo tiene como atributo que representa al mundo y abarca desde la interacción entre personas, la superficie terrestre o simplemente lo que el artista tiene en su interior, pasando por su cultura y su ideología. En ella vemos claramente el conjunto de fuerzas que Smith define como globalización, entendiéndola como “la multiplicidad originada por la descolonización” (Smith, 2012, p. 20), la desigualdad, tanto individual como social, y el infopaisaje, entendiendo a esta última fuerza como representaciones que permiten una “…comunicación instantánea y minuciosamente medida…” (Smith, 2012, p. 21) de cualquier imagen de cualquier lugar de la tierra.

Si la contemporaneidad es el término fundamental de nuestro tiempo, sin duda lo es de esta obra. Este es el punto en que podemos afirmar que el arte contemporáneo es el realizado por nuestros contemporáneos, como Aldo Sessa, que cuenta con un período de libertad donde todo está permitido. Esto que pasa con su obra hecha con celular, es lo que ocurre cuando finaliza un relato artístico, donde se cambió a una estructura de producción en donde surgen nuevas formas de usar otros estilos, generando una ruptura entre lo que se venía viviendo y el arte con la que estamos coexistiendo en estos momentos.



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Referencias bibliográficas:

Bourriaud, N. (2009). Radicante. Buenos Aires, Adriana Hidalgo Editores.

Cippolini, R. La verdad es que somos cualquier cosa. Apuntes para una estética argentina del siglo XXI” en Poéticas contemporáneas. Itinerarios en las artes visuales en la Argentina de los 90 al 2010

Danto, A. (2003). Después del fin del arte. Buenos Aires, Paidós.

Aldo Sessa (2020). Mi tercer ojo en catálogo [catálogo digital] https://issuu.com/aldosessa/docs/catalogo.def.tercer

Sessa, A. (2019). Mi tercer ojo. Su primera exposición de fotografías tomadas con un celular [video]. https://www.aldosessa.com.ar/exposiciones.html

Mosquera, G. (2011). Caminar con el diablo. España. Exit Publicaciones

Smith, T. (2012). ¿Qué es el arte contemporáneo? Buenos Aires, Argentina. Siglo XXI