Revista Subjevidad y Procesos Cognivos
ISSN electrónico: 1852-7310
Vol. 28, Nro. 1 “Invesgaciones en Salud Mental y Clínica”
(Enero-Junio, 2024)
Fecha de Recepción: 5 de enero del 2024
Fecha de Aceptación: 15 de junio del 2024
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en el campo simbólico (Lacan, 1999), en tanto defensa contra los desbordes del goce del Otro (Lacan,
1998). La regla y su co-construcción tienen un efecto estructurante del psiquismo para los niños
autistas, permitiendo el desarrollo de la autonomía y de la interacción social.
A su vez, la escritura fue otra actividad estructurante del psiquismo (Kachinovsky, 2012), que
organizó las dinámicas analizadas. Según los relatos de padres y maestras, escribir era una demanda de
las escuelas a la cuales no podían hacer frente ninguno de los tres y que progresivamente se incluyó en
las sesiones, mediante una articulación entre juego y escritura. Con el paso de las sesiones, se incorporó
al grupo una estructura de dos tiempos, siendo el primero tiempo de juego y el segundo de dibujo o
escritura. Esta separación poseía un correlato espacial, representado por el espacio del piso del salón y
el espacio de la mesa. Los pasajes entre ambos resultaban en una ruptura en el marco de cada sesión,
pero involucraban una ruptura análoga en el nivel del funcionamiento psíquico, desde la acción corporal
a la representación gráfica y escrita, así como el pasaje de la representación primaria y secundaria
(Roussillon, 2013). Ejemplo de eso son las diferentes formas que asumió el juego del “monstruo”,
primero como acción, luego como narrativa y meta representación en el autorretrato de Martín. Esta
viñeta muestra como el taller abre la posibilidad de una heterogenidad dialógica para el psiquismo del
niño, anclada en la representación de un otro semejante, o un doble transicional (Jung y Roussillon,
2013), que le permite una relación de objeto como doble de sí, a la vez mismo y diferente de sí.
La dinámica de las alianzas grupales y de las reglas en el marco del grupo, con la mediación del
juego y de la escritura, produjo cambios en el psiquismo que fueron observables en la conducta de los
niños y en los relatos de los padres. Esta participación es para cada niño un modo de reanudar el
proceso de desarrollo o de estructuración psíquica detenido (Kupfer, 2000), es decir, la ampliación de
recursos psíquicos mediante la simbolización, el reconocimiento de las emociones, la toma de turnos, el
juego compartido y reglado, etc. Schlemenson (2009) ha destacado que los cambios que resultan de