Lo ineluctable y la alteridad
El carácter trágico de la democracia
Resumen
En el escrito siguiente retomamos el debate en torno a la alteridad y su reconocimiento como clave para asumir el carácter trágico de la democracia como régimen. Lo hacemos reivindicando la relevancia política del psicoanálisis como lo concibe y lo practicó Castoriadis. Alteridad que contrastamos frente a la promesa de lo ineluctable como el candado de la institución que garantiza su repetición y permanencia. Una repetición institucional como recurso para quienes renuncian a ejercer el instituyente. Un ejercicio de autoalteración que se destaca del supuesto origen de la institución propia, en una instancia extra-social. Lo que denominamos una praxis instituyente que hoy se enfrenta a los efectos prolongados que dicha promesa, en la figura de la significación imaginaria social del dominio racional, ha traído para el Occidente moderno. Y que para el caso de América Latina supone el relevo de los ineluctables vernáculos ligados a la versión de la “cultura política” de la culpa y el resentimiento. Una promesa de lo ineluctable hoy vigente en la post-verdad, forma contemporánea de la insignificancia cuyos efectos en la epidemia de soledad, el dominio interiorizado gracias a los dispositivos cibernéticos, la inhabilidad social de las nuevas generaciones, la supresión del espacio público, la intolerancia extrema del otro como otro y del otro que nos habita.