Emociones y frustración en bebés: El temperamento y la vulnerabilidad social como factores moduladores
Resumen
Las emociones son consideradas como mecanismos que se configuran a largo del tiempo para adaptarse a las demandas del medio ambiente, procurando de esta forma la supervivencia. Una de ellas es la frustración que se define como las respuestas del organismo que se desencadenan cuando existe una discrepancia negativa entre un incentivo esperado con el que realmente recibe. Estas situaciones provocan respuestas conductuales, emocionales y neurofisiológicas análogas a las que ocurren con la presentación de estímulos aversivos o su anticipación, tales como la ansiedad, el miedo, el estrés y el dolor nocioceptivo. El objetivo del presente artículo es: a) presentar los principales modelos teóricos de la emoción y frustración, su desarrollo y sus relaciones con factores individuales (temperamento) y ambientales (pobreza), y b) hacer un relevamiento de la bibliografía existente sobre los efectos de la frustración en bebés de hasta un año. Se encontró que el temperamento contribuye a los niveles de emoción y frustración expresados por los infantes. Son necesarios más trabajos para evaluar la influencia del ambiente y en un segundo momento, realizar intervenciones que puedan aumentar la tolerancias a la frustración.
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