Las relaciones entre la cultura digital, la economía de plataformas on-demand y las tramas centrales del consumo en la contemporaneidad.
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Resumen
La cultura digital, subrayada por la fuerte presencia de tecnologías avanzadas, sumada a las plataformas de la economía on-demand, reconocidas como un puente digital entre la demanda y la oferta, incentivan nuevos comportamientos, costumbres y valores que alcanzan las prácticas cotidianas de consumo de servicios y otorgan un nuevo poder a los individuos. Hay una nueva dinámica que beneficia el avance de la innovación, hoy, inmensamente, necesaria para mantenerse al día con las exigencias del mercado de consumo. Se destaca que dada la complejidad del objeto de estudio investigado, la metodología aplicada en esta pesquisa fue el enfoque de métodos mixtos, estrategia sustentada en deseños cuantitativos y cualitativos secuenciales y complementarios que permitieron una orientación plural y comprensiva. La velocidad y la inmediatez de los nuevos tiempos se hacen presentes y cobran nuevas posturas de los consumidores. Un escenario cambiante que incita a la investigación, en particular, sobre las relaciones entre la cultura digital, la economía de plataformas on-demand y las tramas centrales del consumo. Una nueva perspectiva expresa el lugar del consumo en la sociedad contemporánea.
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Citas
De acuerdo Choudary (2015), las plataformas proporcionan una estructura abierta y participativa para que productores y consumidores se conecten e interactúen entre sí. El auge de las plataformas demuestra que estamos en medio de un cambio fundamental en el modelo de negocio”. (p.20).
Según Creswell (2010) los métodos mixtos representan el desarrollo de la metodología de investigación, son ‘un paso adelante’ y aplican ‘los puntos fuertes’ de la investigación cuantitativa y cualitativa. (p.238).
Para Baudrillard (1995) “nunca se consume el objeto en sí (en su valor de uso) - los objetos (en el sentido amplio) se manipulan siempre como signos que distinguen al individuo, ya sea afiliándolo en el propio grupo [...] o por referencia a un grupo de estatuto superior". (p.60).
Según Castells (2002) “Nuestro mundo, y nuestra vida, han sido moldeados por las tendencias conflictivas de la globalización y la identidad. La revolución de la tecnología de la información y la reestructuración del capitalismo introdujeron una nueva forma de sociedad, la sociedad en red”. (p.17).
Alonso (2005), ilustra esta cuestión citando el surgimiento de los BoBos, los bohemios burgueses, un segmento de consumidores reflexivos, con estilo de vida propio, que están lejos del entusiasmo de los consumidores de los años 60 y de la ostentación de los años 80. (p.88).
Los nuevos consumidores, del cambio de milenio, habrían superado la inconsciencia feliz de la opulencia y la agresividad y el ultra narcisismo sádico de la cultura light, instalándose en la vida postmoderna de una manera mucho más sosegada, naturalizada y serenamente individualizada. (Alonso, 2005, p.84).
Según Castells (2010) “Una nueva economía surgió a escala global en el último cuarto del siglo XX. La llamo informacional, global y en red para identificar sus características fundamentales y diferenciadas y enfatizar su interconexión”. (p.119).
Según Castells (2010) “El resultado del procedimiento es el aumento de la concentración de valor, y generación de valor, en la esfera financiera, en una red global de flujos de capital […]. La globalización de los mercados financieros es la columna vertebral de la nueva economía global”. (p.147).
Byung-Chul Han (2016) alerta que “Nos arrastramos en la estela de lo digital […]. Hoy nos embriagamos con la tecnología digital, mientras somos incapaces de evaluar plenamente las consecuencias de nuestra embriaguez. Son esta ceguera y la obnubilación simultánea que la acompaña lo que definen la crisis actual". (p.11).
Lipovetsky y Serroy (2015) subrayan que “no nos damos tiempo para nada más y pasamos más horas frente a las pantallas que en encuentros reales con los demás: cada vez más, el reinado de las altas velocidades empobrece los sentidos, arruina el tiempo voluptuoso y los placeres ociosos”. Placeres.” (pág. 333).
Según Sennett (2005) las empresas se han vuelto más planas y flexibles y han eliminado una serie de procesos burocráticos, este autor destaca que “ahora” la gestión funciona considerando a las organizaciones como redes. Como redes, pueden redefinir con frecuencia sus estructuras. (p.23).
La llamada economía colaborativa constituye lo que varios autores caracterizan como una nueva etapa en el proceso de desarrollo económico, simbolizado por la superación de la lógica del consumo masivo […] Un ejemplo directo de este escenario radica en el hecho de que las empresas generalmente identificadas como parte de la llamada economía colaborativa como Uber y Airbnb, que permiten respectivamente la locomoción y el alojamiento en las ciudades, no cuentan con flotas de automóviles o habitaciones. Para su propio alojamiento, actuando como intermediarios entre los polos interesados. (Souza y Lemos, 2017, p. 60-61)
Según Creswell y Clark (2013) “La investigación con métodos mixtos proporciona más evidencia para el estudio de un problema que la investigación cuantitativa o cualitativa por sí solas”. (p. 28).
Para Castells (2004) “Internet es el tejido de nuestras vidas en este momento. No es el futuro. Está presente. Internet es un medio para todo, que interactúa con toda la sociedad. […] Es un medio de comunicación de interacción y organización social”. (p.225).
Bauman (2008), cuando afirma que “Los bienes de consumo son difícilmente neutrales en relación con la identidad: suelen venir con la etiqueta “identidad incluida””. (p.143).
Según Machado y Meneguetti (2017), la economía colaborativa representa “una nueva tendencia de modelos de negocio que ha aflorado a partir del desarrollo tecnológico de los últimos años. […]. Las plataformas actúan como verdaderos catalizadores en la relación entre el usuario y el que ofrece el producto o servicio”. (p.199-200).
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